Perspectivas humanísticas desde la visión de Arturo Ardao

Perspectivas humanísticas ardaicas

Arturo Ardao (1912-2003) es una figura bisagra del pensamiento latinoamericano. Partir de él nos permite entender la transición desde un humanismo que busca definir una identidad continental (la “historia de las ideas”) hacia las perspectivas contemporáneas que cuestionan la naturaleza misma de lo “humano” (la decolonialidad).

Analizar las perspectivas humanísticas en la región, a partir de Ardao, revela una trayectoria que va de la afirmación de un humanismo propio a la crítica radical del humanismo como dispositivo colonial.

Aquí se desglosa esa trayectoria.


1. El Fundamento: El Humanismo Histórico de Arturo Ardao

El proyecto de Ardao, como el de otros “historiadores de las ideas” (Leopoldo Zea en México, por ejemplo), fue una respuesta a la pregunta: ¿Existe una filosofía (y un humanismo) propiamente latinoamericana?

Para Ardao, el humanismo latinoamericano no era una mera copia del Renacimiento europeo, sino un humanismo concreto, forjado en nuestra propia historia.

  • Humanismo como Autoconciencia: El humanismo de Ardao es el proceso mediante el cual América Latina toma conciencia de sí misma. Es un humanismo historicista. No de una definición abstracta del “Hombre”, sino de la historia de la lucha de los latinoamericanos por su dignidad e “inteligencia”.
  • La Tensión “Civilización vs. Barbarie”: Ardao analizó profundamente esta dicotomía (de Sarmiento) y vio en ella el núcleo del debate humanista en el siglo XIX. Vio el humanismo como la superación de esa dicotomía, buscando una síntesis propia.
  • Identidad y Utopía: El humanismo ardaico es un proyecto de afirmación de la identidad. Es un humanismo optimista que cree en la “unidad de nuestra América” (estudió mucho el término “América Latina”) y en su capacidad para aportar una visión moral y cultural al mundo.

Ardao representa un humanismo ilustrado y regionalista. Su objetivo era probar que América Latina “existía” filosóficamente y que su humanismo era su mayor contribución.


2. La Transición: El Humanismo de la Liberación

La generación posterior a Ardao (como Enrique Dussel o Gustavo Gutiérrez) dio un giro radical. Aceptaron la premisa de Ardao de que existe un pensamiento propio, pero lo reenfocaron drásticamente.

  • De lo Intelectual a lo Ético: El humanismo ya no es solo un problema de “ideas” (la universidad, los intelectuales), sino también de praxis (la realidad de la pobreza y la opresión).
  • El Humanismo del “Otro”: La Filosofía de la Liberación (Dussel) define el humanismo no desde el “Yo” conquistador, sino desde el “Otro” (el indígena, el pobre, el oprimido). El verdadero humanismo es la “proximidad” y la responsabilidad ética por el que sufre.
  • El “No-Humano” como Sujeto: Es un humanismo de los “condenados de la tierra” (Fanon). El sujeto humanista ya no es el letrado (como en Ardao), sino el pueblo oprimido que lucha por su liberación.

Este fue el primer quiebre: el humanismo se volvió explícitamente político, ético y de márgenes.


3. La Ruptura: La Crítica Decolonial al Humanismo

Aquí es donde las perspectivas contemporáneas (Quijano, Mignolo, Castro-Gómez, Maldonado-Torres, Lugones) rompen con Ardao y, en cierto sentido, con la Ilustración misma.

La tesis decolonial es demoledora: el humanismo europeo no es la solución; es parte del problema.

  • La “Colonialidad del Ser”: El filósofo Nelson Maldonado-Torres argumenta que el gran problema de América Latina no es solo la “colonialidad del poder” (política) o del “saber” (epistemología), sino la “colonialidad del ser”. Es decir, la conquista no solo oprimió a la gente; cuestionó su humanidad.
  • El Humanismo como Exclusión: El giro decolonial sostiene que el “Hombre” (el Anthropos) del humanismo renacentista e ilustrado se definió por oposición. Para que el “Hombre” europeo (blanco, varón, cristiano, racional) existiera, necesitaba crear al “no-hombre” o “sub-humano” (el indígena, el africano esclavizado).
  • El Lado Oscuro del Humanismo: Como argumenta Walter Mignolo, el humanismo europeo fue la justificación ideológica de la “inhumanidad” del colonialismo. La “dignidad del hombre” (Pico della Mirandola) no aplicaba a los pueblos colonizados.

4. Perspectivas Humanísticas Actuales (Post-Ardao)

Hoy, las perspectivas humanísticas en la región son un debate sobre las ruinas del humanismo clásico que Ardao intentó reivindicar. Las corrientes más fuertes son:

A. El Humanismo Decolonial

No se busca un “humanismo latinoamericano” (como el de Ardao), sino un “humanismo después de la descolonización”.

  • Propuesta: Se trata de re-humanizar a quienes fueron deshumanizados por la “colonialidad del ser”. Es un humanismo que nace de la “herida colonial”.
  • Crítica a Ardao: El proyecto de Ardao de “afirmar” la identidad seguía usando las categorías del opresor (filosofía, humanismo, historia). La decolonialidad exige “desengancharse” de esas categorías.

B. El “Post-Humanismo” y el “Diálogo de Saberes”

Esta es quizás la perspectiva más radical. Crítica al humanismo (de Ardao y el clásico) por ser antropocéntrico.

  • Crítica: El humanismo, al centrarse obsesivamente en el “Hombre”, justificó la destrucción de la naturaleza (vista como mero “recurso”) y la invalidación de saberes no-humanistas (cosmovisiones indígenas).
  • Propuesta: Las perspectivas actuales buscan un “diálogo de saberes”. El “humanismo” se disuelve en favor de las cosmovisiones (como el Sumak Kawsay o “Buen Vivir” andino, o la filosofía ubuntu afrocaribeña).
  • Los Derechos de la Naturaleza: El hecho de que las constituciones de Bolivia o Ecuador incluyan derechos para la Pachamama (Madre Tierra) es la evidencia más clara de un movimiento más allá del humanismo antropocéntrico que dominó todo el siglo XX, incluyendo el pensamiento de Ardao.

Arturo Ardao fue fundamental para establecer la legitimidad de un pensamiento latinoamericano. Pero las perspectivas actuales, forjadas por la crítica decolonial y la crisis ecológica, ya no buscan legitimar un “humanismo” propio, sino cuestionar el proyecto humanista en sí mismo por su complicidad con el colonialismo y el antropocentrismo.